45,4 metros de largo; 16,2 metros de ancho; íntegramente construído en planchas de aluminio Alclad de 2 mm de espesor; 3,5 millones de remaches uniéndolas para formar la estructura; dos motores radiales Wright J-5 Whirlwind de siete cilindros y 220 CV cada uno para suministrarle potencia; 1.087 km de alcance; y la impresionante velocidad punta de 112 km/h.
No, no estoy hablando de un barco, ni de un bombardero, sino ¡de un dirigible!
El ZMC 2 fué un prototipo de dirigible demostrador de tecnologías construido en Michigan, en 1929, aunque basado en el diseño de David Schwarz de 1886.
La idea era construir un dirigible que demostrara la viabilidad de reemplazar el globo o
ballonet por una estructura rígida hecha con láminas de aluminio, que sería, por lo tanto 100% libre de fugas de gas y de riesgos de incendios o rasgaduras.
Imágenes de la construcción:
Ensamblando la sección de proa:
(nótese parte de la sección de popa en la esquina inferior de la imagen)
Obreros remachando y sellando ambas secciones:
Instalando la barquilla (los motores apuntaban al frente)
¡Volando!
En una foto poco común, compartiendo hangar con el Hindemburg, en Lakehurst
:
Como se trataba de un prototipo de investigación, sólo había dos tripulantes, y el resto del espacio y carga estaba lleno con equipos de diversa índole para comprobar todos los aspectos posibles del vuelo de la extraña máquina. A tal punto que aunque el dirigible desplazaba más de 5.800 kg de aire, una vez lleno de aparatos y combustible ¡Sólo le quedaban 340 kg de carga útil!. La razón principal es que nadie confiaba en que una carcaza de metal puro pidiese flotar (literalmente) en el aire como si fuese lo más natural del mundo. Se le probaron todos los instrumentos y se duplicaron y cuadruplicaron absolutamente todos los controles (se le instalaron 8 aletas caudales
) además había instrumentos para medir si los sensores funcionaban bien y mucho utillaje.
Sin embargo (y ante el asombro e incluso la incredulidad de más de uno) voló, y voló muy bien, siendo su única desventaja una capacidad de maniobra limitada debido a que la relación entre su diámetro y su longitud total era escasa quitándole efectividad a los muchos (aunque demasiado diminutos) timones.
La idea era construir luego una versión a escala completa (con más de 260 metros de largo) equipada con múltiples motores de 600 u 800 CV. Pero al Congreso no lo convencieron las pruebas exitosas de la máquina, ¿Construír todo un barco de metal y pretender que vuele? ¿Gastar 4,5 millones de dólares en él? simplemente no aprobaron nunca el presupuesto, aunque siguieron financiando las pruebas de vuelo. Como resultado el ZMC-2 en 1936 había volado ya más de 128.700 km totalmente libre de incidentes de ningún tipo y sin rastros importantes de corrosión. En abril de 1941 el Congreso decidió desmantelarlo para aprovechar su aluminio para el esfuerzo bélico en Europa. Para entonces el dirigible de pruebas había hecho 752 vuelos y había acumulado 2.265 horas de vuelo, todo sin incidentes.
Como post data en la novela
Cyclops, de Clive Cussler (1986) el dirigible era salvado del desguace y rebautizado
Prospertier, cumpliendo un rol importante en la trama.